La homosexualidad queda definida como la orientación sexual hacia miembros del mismo sexo.
Aunque los indicios sobre la existencia de una base biológica de la homosexualidad son fragmentarios e incompletos (tanto para hombres como mujeres), en biomedicina y en neurociencia continua siendo un reto conocer y determinar si el proceso de diferenciación sexual conlleva una diferenciación en la organización cerebral.
Aun cuando fuera cierto que el tamaño de ciertas estructuras cerebrales esta en relación con la inclinación sexual de cada sujeto, el conocimiento que poseemos del cerebro es todavía insuficiente para explicar como tales diferencias cuantitativas pueden generar diferencias cualitativas en un fenómeno psicológico tan complejo como la orientación sexual (Swaab y Hofman, '95).
El triple control, genético, hormonal y ambiental, del desarrollo del sistema nervioso central proporciona el marco para comprender mejor las facultades del ser humano que supera los instintos transformándolos en tendencias controladas por la voluntad, de modo que ningún factor puede ser determinante de manera independiente.
"Las respuestas a estas preguntas pueden no residir tanto en la biología del cerebro sino en las culturas que los cerebros han creado" (Blyne).
viernes, 29 de agosto de 2008
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